miércoles, 31 de diciembre de 2008

Ahora, a 24 minutos del fin, vi caer un libro en blanco desde el piso de arriba;

Vi pasar un pájaro desplumado volando sobre el canal;

Oí cantar al ebrio una canción desesperante, deprimente y conmovedora a su amada.

Sentí caerse el tiempo de mi reloj, y ví como se filtraba por entre las alcantarillas de la cuneta.

Deshice la cama, sacudí las almohadas, retiré los lasgos pelos que quedaban de aquellas tardes, cambié las sabanas, volví a hacerla, la estiré y finalmente dejé que una moneda rodara desde la cabecera hasta los pies.

Saqué la foto que alguna vez fue mia del velador y la puse en la última página del libro de Bukowski.

Y finalmente boté el humo de ese último cigarrillo de hierba que me remontó a todos los recuerdos.

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