jueves, 30 de abril de 2009

Vivan las Putas:::


Se desprende un orgasmo en francés, y cuando la hoja cuadriculada llena de promesas se termina de volver cenizas, mis manos no esperan secar mi cara con rimel corrido por las lágrimas. La falda corta cada vez me queda más estrecha, mi ombligo se aleja de mi espalda, mis caderas gastadas crujen con cada movimiento, estan cansadas de parir, y los efectos de la vida que nunca pude llevar se evidencian en mi rostro matusaleno, en mi voz de tetera oxidada, en mi olor a sexo barato entre sábanas eyaculadas, en mi lucha perdida contra las palabras sinceras ("puta"), en mi fracaso predecible contra el destino que siempre conocí, acepté y me esmeré en cumplir sin intervenir demasiado. Por mientras, el incienso se quema al revés, y entra otro viejo gordo con olor a dólares y testosterona sedienta.


1 comentario: