sábado, 31 de enero de 2009

:::Arbol:::

El viento me sopla los sentidos,

El viento me zumba en el interior,

Se escapa en el último suspiro,



Y me lleva, me desata

Se me entrega, me sacude y se me escapa,

Se me escapa.



Llanto de árbol.

Mirada triste.

Flores marchitas que imploran irse.

Sueños de piedra y el árbol mal herido.

Sus raíces en vela piensan en sumergirse,



Y perderse, extraviarse.

Tantos años bajo tierra,

Y no se mueven, no se mueven.

Se envenenan con un sueño

Y no despiertan, no despiertan.



Una mujer te mira sin consuelo.

Va muy callada pidiendole agua al cielo.

No tiene prisa, serena va llorando,

Y el niño en sus brasos ve a su madre caminando.



Y no entiende, y no entiende.

Pareciera que al mundo no comprende,

No comprende porqué bajo el sol pasa su madre ciega,

Y la gente pasa como el viento...







-Sueños de piedra-

...Concienciativa...





viernes, 30 de enero de 2009

::::EspejO::::

Cara de loco-pervertido-psicópata.

Psicosis colectiva, gritos al cielo con ira naciente del estómago, se escurre por el esófago y se escapa por la garganta.

Y me pregunta qué voy a hacer ahora…

Llorar, maldecir, escupir al cielo, gritar esquizofrénicamente, cantar fuerte y desafinado.

Después, cae una gran gota de petróleo sobre nuestras cabezas.
Todos empapados, todos grasientos, todos teñidos de negro y ella, en el baño…

Un cerebro late solo, suspendido en la oscuridad.

Muchas llamadas de larga distancia.

Mucha gente que se te aleja y nunca entiendes porqué no estás tranquilo.

Muchas polillas, muchos chalecos de lana, muchos chalecos de lana con agujeros hechos por polillas…

Son inmunes a la naftalina…

Y las monedas…

…Las monedas nada…

El loco te clava los ojos azules y no te suelta.

Su expresión de “nunca más dormirás” es cómicamente siniestra…

¿Pero que más puedo hacer?...

Si no he hecho absolutamente nada….

Hay

Un

Espejo

A

Mi

Espalda

miércoles, 28 de enero de 2009

:::TodoS MareadoS:::


















Mirando por la ventana hacia fuera, y confundido por los reflejos entre el vidrio y sus gafas negras de policía neoyorquino, acercó el encendedor verde a su último cigarro de las seis de la tarde, pasó el pulgar por la rueda metálica y luego mantuvo apretado plástico que da el gas. Le dio una buena fumada al cigarrillo y luego botó el humo por la nariz.

Así, inició aquella tarde común y corriente en la que no pasó nada influyente en su vida.

Después de varios años simplemente murió y ahora arregla cañerías en el cementerio.

lunes, 26 de enero de 2009

...Rectilíneo Y Uniforme...

He comprendido con el tiempo,
Talvez con el paso del día,
O talvez por la melancolía,
Quizás porque cuento las horas,

Pero no cuestiono en vano,
Ni busco cruciales respuestas,
Ni hago esfuerzos sobrehumanos,
Para realmente darme cuenta


De que a pesar de todo lo hecho,
Y de todo lo que me ha faltado,
A pesar de ser un vago,
De no ser sano y vivir muriendo,

Una calma recorre mis huesos,
La leyenda del hombre sonriente,
Es lo que me dijo el viento,
Lo que aprendí viendo fluir la marea,


Es la certeza que golpea,
Lo que sabes solo con ver,
O lo que siempre has querido creer
Y nunca te lo has permitido…


Estoy agobiado en la calma
Que nunca me dio el conocimiento.
Esto es más que fórmulas matemáticas,

Es más que plegarias o rezos;

Es saber que no hay nada
En todo el frío universo
Capaz de contrarrestar el verso
Que brota y se estampa desde mi mano,


Porque no malgasto ni abuso en vano
De la palabra precisa,
Porque no hay nada en este mundo
Que frene el verbo que inmortaliza


Un pensamiento que es incapaz de guardarse,
Que necesitas expulsar,
Que talvez es demasiado pesado,
O simplemente es verdad y no lo acepto…

Y sepas que a pesar de la censura
Y de esconder escritos soberanos,
Solo con que un ser lea lo de mi mano
Basta para concluir la misión pura.

Después de todo lo que ha pasado,
Después de haber creído ciegamente,
Después de tropezar dos veces
Con la misma piedra traidora,


Hoy por nadie malgasto mis horas,
Por nada que no sea realmente
Un motivo necesario, uno vivo,
Pero sí por mi eterno servicio
A las palabras de mi mente.




30/12/08

10:42/11:26

domingo, 25 de enero de 2009

...::De Sus Amigos Suicidas::...


Algunos mutaron en mariposas de los cielos y
ardieron

sin memoria

otros

se fueron por un tubo de revólver en busca

del centro de santiago,

y los demás

escribimos una historia ininteligible en un muro con rimmel





Eugenio Llona Mouat

Zona Torrida /1989/Roma-Santiago

sábado, 24 de enero de 2009

:::Faro:::

Caminando sin pisar, guiado por el as de luz que brillaba y giraba en las alturas, más cerca del horizonte que del firmamento, no alcancé a divisar la piedra ermitaña que me hizo caer.

Por donde caminara, hacia donde fuera, miraba bien, revisaba el piso y luego seguía avanzando. Pero ahí se ponía la maldita piedra y de hocico de nuevo.

Ya al sexto día de haber emprendido el rumbo, cruzando una galería donde vendían ropa de fiesta, una joven se me apareció. Creo que la conocía, la había visto, pero nunca había hablado tanto con ella como para saludarla. El asunto es que me vio y se acerco a saludar y yo le devolví el saludo, y cuando estaba mi mejilla acercándose a la suya, a lo mejor “el exorcista”, su cabeza dio un giro de 45º y no pude evitar el contacto labial que en algunas partes se hace llamar “beso”.

Desde ese momento ya no me la pude sacar de encima, y tampoco quería hacerlo, así que la lleve conmigo y ella no se negó.

Me tomaba la mano con una calidez extraordinaria. A veces sentía su pulso a través de su mano.

La piedra ermitaña me seguía de cerca, vigilando cada “no paso” que dábamos.

Vimos un día, en un cerro árido, unos quinientos cuerpos muertos.
Estaban todos vestidos de terno, y en las manos tenian botellas rotas.

Ella se reía a carcajadas, llegaba a llorar de la risa, pero no la culpo, tanta gente muerta junta no es para menos.
De repente ella me volvió a tomar de la mano y me llevó corriendo hasta un faro inmenso, tan grande que las nubes de monóxido y polución impedían ver la cumbre, y por ende, su luz.

Ahí, fuera de todo pronóstico, sentí la necesidad de hablarle por primera vez, y lo único que pude decirle fue esa estigmatizada frase, la que se mal usa y de la que se abusa con inmoralidad, más por los hombres que por las mujeres. Un incrédulo “te amo” se me resbaló de la boca, y vi la frase escrita en negro salir por entre mis labios lentamente mientras la decía.

Ella sonrió, sus ojos negros brillaron, ladeó un poco la cabeza (todavía sonriendo), y dijo lo que toda la gente expectante espera sentada frente al televisor: “yo igual te amo”


Aunque fuera mentira, un alivio me cayó como una puntada desde el cráneo hasta la planta de los pies, y supe que era ella la indicada.

Caminamos por la vida viendo caerse ciudades, viendo imágenes computarizadas en pantallas gigantes, viendo disturbios en las calles de Sudamérica, viendo guerras y caos a causa de un desacuerdo religioso, y todo parecía hermoso.

No pasó más de un día, y de repente nos detuvimos, nos volvimos a mirar, y me dijo: “Ya es muy tarde, me tengo que ir”, y le respondí:”Bueno, que te vaya bien”…

Dio la media vuelta y se fue.

Mientras se alejaba, oraba porque se diera vuelta solo una vez, pero nada.

Así suele ser.

Nada.

Pero de vez en cuando pienso en ella y me río, no atino a hacer nada más.

Y a veces pienso en ella y lloro, porque sé que la voy a ver por ahí, y no sabría que decirle…

Luego se encendió la luz; era mi padre que me levantaba para ir al aeropuerto.

miércoles, 21 de enero de 2009

...Siento ancias de verborrea...


...escupir palabras al azar...


...frases que se que voy a lamentar....


...pero qué más puedo hacer...


...si donde mire veo la misma cara....


...Cualquier cosa que haga....


....estoy pendiente....


....se que está, pero ni idea de como ni donde...


...El calor me llega cada vez con más intensidad...


...la soledad está más presente...


...me cuesta más despertar....


....y las monedas me hablan...


...Puedo vivir...


...pero me cuesta...


....lo sabe bien...


....¿qué más puedo hacer?...


...si no he hecho nada....

domingo, 4 de enero de 2009

:::PresenciA:::

El irritante sonido que penetra mis oídos,
La insoportable presencia de los seres queridos,
La terrible sensación de depender de personas que la mayor parte del tiempo no deseas ver.
Odio sentir la presencia.
Son como espíritus que no dejan de rondar la habitación.
Que creen que no me doy cuenta que están ahí.
Personas que creen saber lo que yo pretendo hacer, o mis profundas intenciones tras las palabras.
Palabras, frases, oraciones, o simplemente miradas, gestos, ademanes. A veces ni siquiera el movimiento. Solo vasta con la presencia.
Maldita presencia.

De repente comencé a sentir más fuertes los latidos de mi corazón. Más profundos.
Siento una profunda angustia.
Me estoy transformando en lo que siempre odié. Contra lo que yo luchaba.
Lo que veo es simplemente superficial.
No me conmueve nada. De repente me conmueve todo.
Siento un gran malestar en mi columna.
Una presión que comienza en el cóccix y finaliza en mi nuca.

Siento que pierdo el tiempo.
Que debería estar en otra parte.
Es una obsesión de algo que todavía no identifico.
Es la presencia.
Esa infernal presencia.

Me encuentro en un cuarto lleno de teléfonos inservibles,
Que alguna vez fueron cómplices de la rabia, el rencor.
Estoy en una cocina llena de comida, pero nada me satisface.

Tengo una guitarra sin cuerdas.
Tengo una flauta sin boquilla.
Tengo un pensamiento descalibrado.
Tengo una billetera sin billetes.
Que conveniente.

Hay una estufa bajo mi cama.
Hay cuatro cortinas en mi ventana.
Hay palomas en mi techo.
Hay reglas en mis murallas.
Hay dos lámparas guardadas en el ropero.
Hay miles de hojas blancas.


…y las monedas…