miércoles, 28 de enero de 2009

:::TodoS MareadoS:::


















Mirando por la ventana hacia fuera, y confundido por los reflejos entre el vidrio y sus gafas negras de policía neoyorquino, acercó el encendedor verde a su último cigarro de las seis de la tarde, pasó el pulgar por la rueda metálica y luego mantuvo apretado plástico que da el gas. Le dio una buena fumada al cigarrillo y luego botó el humo por la nariz.

Así, inició aquella tarde común y corriente en la que no pasó nada influyente en su vida.

Después de varios años simplemente murió y ahora arregla cañerías en el cementerio.

1 comentario:

  1. lo mejor de leer estas cosas, para mi, es que logro imaginarme bacán las cosas, todos los colores, los movimientos de las manos, el humo e incluso su respiración .
    pero todo esto no como imagenes fijas, es todo con cierto movimiento, en cámara lenta, para poder persivir todo.

    :)

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